Hace años, cuando estaba a punto de asistir a mi primera Convención Bautista del Sur (SBC), me aconsejaron que tomara nota de los diversos acentos sureños que escucharía durante la reunión. Eso era cierto. Por ejemplo, podía notar claramente la distinción entre cómo hablamos en Oklahoma, a diferencia a la gente en Carolina del Sur, Kentucky y Arkansas.

Años después, continúo participando en las reuniones de la SBC, y puedo notar diversidad de otros tipos. Me doy cuenta de una diversidad creciente en las personas que asisten, en términos de raza, origen étnico, edad y más.

Es alentador ver el crecimiento de los bautistas del sur de varias naciones alrededor del mundo, desde jóvenes y mayores, hombres y mujeres. Desde los comienzos de nuestra convención a mediados de los años 1800, la Convención Bautista del Sur se ha vuelto más diversa, y debemos orar para que esto aumente.

De hecho, si las “iglesias anglo-tradicionales” fueran nuestro único futuro, el futuro parecería desvanecido y sombrío. Pero gracias a Dios, el Evangelio está avanzando entre todos los pueblos, y nuestra sombrilla, Bautista del Sur, se hace más grande. Como evidencia, no hay que buscar más allá de cómo votaron los Mensajeros de la Reunión de la SBC de 2017 en Phoenix, a favor de aprobar el conjunto de nominados a comisiones y comités más diversos en su historia.

En Oklahoma, hemos sido bendecidos en nuestra convención estatal en tener diversidad, incluyendo Nativo Americano, Afro-Americano y Anglo, desde el principio. Hoy, gracias al trabajo de líderes como Anthony Jordan y otros, hay un enfoque intencional en Oklahoma para alcanzar y romper las barreras lo cual fomenta diversidad.

Nosotros, por supuesto, no buscamos diversidad solo por tener diversidad. Queremos diversidad porque esto refleja el Cielo y lo que el Señor Jesús nos enseñó acerca del Reino de Dios.

Recuerda que en su gran Revelación, Juan dijo: “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono y al Cordero.” (Apocalipsis 7: 9-10).

¡Qué hermosa escena es ésta, todo para la gloria de nuestro hermoso Salvador! Sin embargo, si somos perfectamente honestos, podemos darnos cuenta de que a menudo los cristianos, incluyendo los bautistas del sur, no estamos a la altura de este tipo de reunión celestial variada.

Demasiado a menudo hemos sido culpables de asociarnos sólo con aquellos que se parecen a nosotros y hablan como nosotros. Con la ayuda de Dios, podemos salir de nuestras zonas de confort y conocer gente que es diferente a nosotros y hablarles de Cristo.

Deseamos diversidad en nuestras congregaciones, pero no diversidad en nuestra doctrina. En otras palabras, a diferencia de algunas personas de pensamiento liberal, queremos ser parte de congregaciones que adoran al verdadero Dios y a Su Hijo Jesucristo y se aferran a la verdad bíblica.

Buscamos la diversidad, y oramos por unidad. Porque cuando una multitud de personas viene con un corazón unido en adoración al Señor, es agradable a Dios. Así que, mientras las personas que forman la Convención Bautista del Sur continúan diversificando y expandiendo nuestras filas, Dios mismo nos puede dar una unidad sobrenatural la cual el mundo observador notará.