Nos animamos los unos a los otros a avanzar el Evangelio. Con esta frase, proclamo el propósito de la Convención General Bautista de Oklahoma al unirnos para nuestra reunión anual de negocios. Somos una asociación, un compañerismo de iglesias trabajando para alentarnos unos a otros en la obra del Señor. La obra del Señor es el avance del Evangelio de Jesucristo.

Pablo emplea la idea del avance de las Buenas Nuevas de Jesús. “Hermanos, quiero que sepan que, en realidad, lo que me ha pasado ha contribuido al avance del evangelio” (Filipenses 1:12 NVI). La palabra ‘avance’ traducida tiene una rica historia. Lleva la idea de avanzar a pesar de adversidad. Por lo tanto, nuestras traducciones en español usan palabras como adelanto, progreso, y avance. Aun cuando Pablo está en prisión, el Evangelio de Jesucristo avanza.

Trabajamos para avanzar el Evangelio de Jesucristo en nuestras comunidades, nuestro estado y hasta los confines de la tierra. Compartimos las Buenas Nuevas con nuestros vecinos y enviamos a nuestros hijos e hijas a las naciones con el Evangelio. Mientras escribo estas palabras, otros 25 Bautistas de Oklahoma están en Richmond, Virginia, haciendo los últimos preparativos para llevar el Evangelio a través de la Junta de Misiones Internacionales (IMB) de la Convención Bautista del Sur. Nuestro negocio es el avance del Evangelio.

Creemos que iglesias saludables son el plan del Señor para el avance del Evangelio y que pastores saludables son la clave para iglesias saludables. Las iglesias saludables avanzan el Evangelio de Jesús a través de dos prioridades estratégicas: hacer discípulos y utilizar el quebrantamiento como una oportunidad para las Buenas Nuevas de Jesús.

“No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos – les contesto Jesús –. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores para que se arrepientan” (Lucas 5:31-32). Podemos impactar nuestras comunidades al introducir en todo lo que nos aflige el mensaje de Cristo crucificado y resucitado. ¡Creemos en que el Evangelio es el poder de Dios para la salvación de todos los que creen!

En última instancia, perseguimos la gloria de Dios. El pueblo de Dios avanza el Evangelio de Dios para la gloria de Dios. Trabajamos para que todos los pueblos lo alaben, para que nuestros vecinos y las naciones conozcan al Señor como nosotros lo conocemos y se unan con nosotros alrededor de su trono en alabanza. Él es digno, y queremos que ellos lo sepan. Entonces, nuestro sueño es ser una familia de iglesias, sanas y fuertes, que trabajen juntas para avanzar el Evangelio de Jesucristo para la gloria de Dios.

“Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podemos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas la generaciones, por los siglos de los siglos! Amen” (Efesios 3:20-21).

En el 2019, vamos a hacer lo que Pablos creyó que haríamos, vamos a pensar y pedir. Pensaremos, soñaremos, imaginaremos como podremos hacer nuestro trabajo cooperativo mejor; caeremos sobre nuestros rostros ante el Padre y le pediremos que haga lo que solo él puede hacer.

Padre, úsanos para glorificar tu nombre a medida que avanzamos el Evangelio de Jesucristo.